«La muchacha afgana» Conocida como «la muchacha afgana», una refugiada de inquietante mirada se convirtió en un icono de la fotografía. Cuando en 1984 Steve McCurry la retrató en un campo de refugiados de Pakistán, nunca antes le habían hecho una foto.
«La muchacha afgana», 17 años despúes. Conocida como «la muchacha afgana», una refugiada de inquietante mirada se convirtió en un icono de la fotografía. Cuando en 1984 Steve McCurry la retrató en un campo de refugiados de Pakistán, nunca antes le habían hecho una foto. En 2002 siguió su pista hasta Peshawar, en Pakistán, y el mundo por fin conoció su nombre: Sharbat Gula.
Festival tradicional hindú de Ganesh Chaturthi en Mumbai, India Cubierto de un pigmento de color rojo intenso llamado gulal, un joven indio participa en un festival tradicional hindú de Ganesh Chaturthi en Mumbai. A Ganesh, una de las divinidades más veneradas del panteón hindú, se le asocia con el color rojo.
Tromenta de arena, India. Anunciando la llegada del monzón, vientos inclementes queman las áridas planicies de Rajastán.
Madre e hijo a través de la ventana del coche, India. En Mumbai, la gran metrópoli del continente indio, la mitad de sus 13 millones de habitantes vive en la pobreza, y miles sobreviven pidiendo caridad, como esta mujer y este niño.
Monjes budistas bajo la lluvia, Camboya.
Pescadores con zanco, Sri Lanka. Sentados como garzas, un grupo de hombres vestidos con el saram tradicional pescan en la costa sur. Años de conflicto han frenado el desarrollo y han obligado a muchos habitantes de Sri Lanka a trabajar la tierra y en el mar del mismo modo que lo hicieron sus antepasados.
Procesión de Monjas, Burma.
Trabajadores en una locomotora de vapor, India.
Tormenta de arena, India. Anunciando la llegada del monzón, vientos inclementes queman las áridas planicies de Rajastán.
Vendedor de flores en el lago Dal, India. En Cachemira, un vendedor de flores rema por las tranquilas aguas del lago Dal. Los disturbios dinamitaron la paz de la región y acabaron con la industria turística. Cachemira había llegado a atraer a más de medio millón de visitantes al año.