Suena extraño que en una sociedad en la que las tendencias marcan el ritmo cada vez más acelerado, siga habiendo un sector en el que hablar de tendencias no es lo más acertado. Debemos tener en cuenta que, aunque compartan nomenclatura y en la mayoría de las ocasiones se entrelacen para crear, diseño gráfico y diseño de producto tienen sus particularidades.
De esta forma, colores, formas o incluso materiales muchas veces forman parte de la efímera tendencia o “moda” cuando hablamos sobre diseño gráfico (o incluso moda), pero nunca debemos perder de vista el principal factor que afecta al diseño de producto: la funcionalidad. Bien es cierto, que en cualquier tipo de diseño la función del propio diseño debe ser lo esencial, en el diseño de producto se hace aún más evidente.
El cambio en la funcionalidad de un diseño, en este caso, debería darse siempre por una mejora en la misma o una innovación importante. Otro factor a tener en cuenta es el cambio de hábitos de los usuarios, algo que hoy en día varía rápidamente y además está ávido de nuevas opciones. Muchas veces más vale algo con rodaje y altamente probado por el tiempo, que algo nuevo que no aporta nada y en breve no será de utilidad.