Es muy habitual repetirnos a nosotros mismos y encontrar artículos sobre cómo debemos actuar en una entrevista de trabajo pero, ¿tenemos claras las cosas que nos pueden costar el puesto? En esta ocasión os advertimos de cómo no meter la pata.

• No mientas.

Aunque creas que puedes colársela al entrevistador nunca es una buena opción, basta con que indaguen un poco para desmontar tus planes. Si no tienes un gran currículum y piensas que la única forma de que te contraten es mintiendo vas por mal camino, enfócate es tus aptitudes, te será mucho más útil.

• No hables mal de tu anterior trabajo ni de tus compañeros.

Este sea probablemente el peor error, a las empresas no les gusta la gente poco agradecida o desleal y, además, da la sensación de persona problemática. Si tienes que explicar por qué te fuiste de un trabajo o porque te despidieron hay muchas otras formas de explicarlo, como por ejemplo que no encajaba en tus aspiraciones.

• No hables sólo de ti.

Es un error fatal mostrarte egocéntrico en una entrevista de trabajo. No tienes que pasar todo el tiempo recordándole al entrevistador cuanta falta te hace el trabajo y lo estupendo que es para ti. Basta con que menciones tus virtudes y por qué deberían elegirte.

• No preguntes sobre las vacaciones o sobre el sueldo.

Aunque te interese mucho este es un aspecto que nunca podrás decir en una entrevista de trabajo, es mejor que esperes a estar contratado para comentarlo. No tiene sentido que lo hagas antes ya que es un encuentro que trata de que te conozcan mejor.

• ‘No tengo ninguna pregunta’.

Aunque te hayas enterado de todo conviene que realices alguna para dar la impresión de que tienes interés, por tanto si te surge alguna durante la entrevista puedes reservarla para el final.