Cuando hablamos de diseño de producto, es importante conocer bien todas las partes que lo componen. Llamamos diseño de producto a la unión de un bien con las necesidades de los consumidores, de manera que este se convierte en un elemento mucho más efectivo para ellos. Es un concepto esencial para comprender por qué los clientes buscan un artículo en concreto, lo establecen como preferencia o este logra subsistir durante más tiempo que otros.
El diseño de nuevos productos es determinante en la actualidad si las empresas quieren sobrevivir. La renovación es un aspecto que debe estar en revisión de manera constante para poder adaptar la oferta a las exigencias del mercado en un momento concreto e impulsar cambios para no quedarse atrás. Por otro lado, hay ciertas marcas que no varían demasiado sus productos en este sentido y se mantienen en el mercado, aunque son minoritarias.
También debemos entender el diseño de producto como parte del I+D que realizan las empresas, pero no solo en términos de belleza o utilidad, sino que es un conjunto que permite que se corrijan ciertas carencias. Es un error pensar que está relacionado únicamente con las grandes entidades, ya que involucra a todas las marcas que saben interpretar el mercado y sus necesidades.
El buen diseño de producto
Muchas compañías fracasan por no tener un diseño premeditado que pueda ayudar a lograr el objetivo de crear productos que la gente quiera comprar. Este diseño implica tanto el aspecto externo del producto como la capacidad de conceptualizar y dar solución al problema de los clientes.
Aunque en términos de marketing y branding el diseño de producto es clave, la experiencia de uso tiene que estar por encima de todo. Ya nos lo decía Steve Jobs: «El diseño no es solo cómo es o cómo se siente. El diseño es cómo funciona». La importancia de la estética, la relación de la imagen con la marca y sus valores son indiscutibles, pero a fin de cuentas seguimos hablando de un producto que debe cumplir con su fin original.
Apple es precisamente un buen ejemplo de marca con un diseño de producto adecuado. Sus productos no solo resultan físicamente atractivos al consumidor; además, han logrado modificar hábitos de comportamiento e impulsar nuevas categorías de producto. La presentación del primer iPhone en 2007 marcó un cambio de era en el mundo de los teléfonos móviles que ha guiado su camino hasta evolucionar en los modelos más actuales e innovadores de una amplia variedad de marcas.
Fuentes: GCI, Puromarketing, monografías.com, Conversis Consulting